domingo, 7 de agosto de 2011

¿Por qué? - ¿Por qué nos volvimos conformistas y tolerantes ante la desidia, indolencia e incluso corrupción de quienes están en autoridad?


Llevo ya varios días sin escribir en el Blog, pero estábamos concentrados en la tarea de la recolección de firmas para poder inscribir las listas de candidatos de las JAL, el concejo y obviamente la Alcaldía mayor. Y es que como Progresistas no es un partido político, sino un grupo significativo de ciudadanos nos vimos abocados a surtir este trámite legal para poder participar activamente en la contienda electoral del 30 de octubre de 2011.

Esta experiencia de salir a la calle a buscar la firma del conciudadano, de contarle quienes somos, de explicarle la razón por la cual requeríamos de su apoyo con la firma; de discutir sobre la problemática de la localidad, fue una experiencia realmente enriquecedora.

Pero algo me llamó atención y fue encontrar un gran número de personas que su respuesta no solo no era “no me gusta la política”, que hubiera sido relativamente fácil entender; sino un porcentaje bastante importante de personas que decían con verdadera desolación en su alma, “pero para qué firmar, si eso nadie lo va a cambiar, seguirán los mismos con las mismas”; o “eso mijo son todos lo mismo, una partida de ladrones”; o “yo no voto, eso no sirve de nada”… y otras frases con el mismo sentido de desesperanza.

Estas respuestas me han llevado a profundizar en una inquietud que ya me venía planteando y es ¿por qué nos volvimos conformistas?, ¿por qué nos cansamos de defender nuestros derechos?, ¿Por qué nos rendimos y dejamos que otros que no nos representan sean quienes tomen las decisiones y luego simplemente nos quejamos porque nos tocó acatar normas y decisiones que no compartimos? O peor aún ¿por qué callamos ante la impunidad, los robos, los desfalcos, la falta de ética de quienes ostentan algún nivel de autoridad?

Hablando con la ciudadanía en las calles, me dí cuenta de la gran desilusión que hay entre la gente de nuestro dirigentes, pero más preocupante es el ambiente de conformismo que ronda en nuestras calles. Por eso hoy, una vez más quiero aprovechar estas líneas para hacer un ingente llamado a TODOS y TODAS, para que nos sacudamos este terrible peso y nos “despertemos”; no podemos rendirnos, no podemos dejar que “los mismos sigan con lo mismo”; necesitamos asumir nuestra ciudadanía y levantarnos para defender nuestra ciudad, nuestra localidad, nuestras instituciones; y para ello requerimos dejar la pasividad, conocer nuestros deberes y derechos, valorar quienes se presentarán a la contienda electoral del 30 de octubre y votar a conciencia.
Me gustaría decir “voten por mi”; pero creo que si quiero ser consecuente con lo que he estado diciendo debo decir, “Voten a conciencia”, no por tradición, no por compromisos amañados, votemos con convicción y si nos llegaran a desilusionar una vez más, tengamos la valentía para levantar nuestra voz, para hacer un control ciudadano, para protestar y buscar que en conjunto nuestras voces sean escuchadas y repercutan; pues no podemos dejar que la ciudad la gobiernen unos pocos en su beneficio.

Mi llamado es a que me ayudes a “despertar” a tu familia, a tus amigos, a tus vecinos, para que paso a paso podamos generar un movimiento de voto a conciencia y de “real” participación. Para que podamos hacer desaparecer ese manto de conformismo que nos ha adormecido, y no tener que andar preguntándonos ¿por qué?.

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